viernes, agosto 01, 2025

«Poema del nuevo amor», de Salvador Novo




 
Este perfume intenso de tu carne
no es nada más que el mundo que desplazan y mueven 
          los globos azules de tus ojos
y la tierra y los ríos azules de las venas que aprisionan tus brazos.
Hay todas las redondas naranjas en tu beso de angustia 
sacrificado al borde de un huerto en que la vida se suspendió 
          por todos los siglos de la mía.
Qué remoto era el aire infinito que llenó nuestros pechos. 
Te arranqué de la tierra por las raíces ebrias de tus manos 
y te he bebido todo, ¡oh fruto perfecto y delicioso!
Ya siempre cuando el sol palpe mi carne 
he de sentir el rudo contacto de la tuya 
nacida en la frescura de una alba inesperada, 
nutrida en la caricia de tus ríos claros y puros como tu abrazo,
vuelta dulce en el viento que en las tardes 
viene de las montañas a tu aliento, 
madurada en el sol de tus dieciocho años, 
cálida para mí que la esperaba.




en Antología de la poesía erótica (Claudia Schvartz, ed.), 1988



















jueves, julio 31, 2025

«Gritos ante la ventanilla de visas», de Fadwa Tuqan

Versión de Juan Carlos Villavicencio




De pie en el puente pido pasar, 
pido pasar porque
me asfixio.

Mi aliento
roto se pierde bajo el ardor del mediodía.
Siete horas esperando…
¡Quién le corta las alas al tiempo!
¡Quién debilita nuestras piernas del mediodía!
Mi frente es azotada por el verano,
y mi sudor
es sal que cae sobre mis párpados.
Miles de ojos cuelgan 
como espejos adoloridos por la ansiedad que arde,
como signos en la paciente espera
ante la ventanilla de las visas.
¡Déjennos pasar!
Y luego retumba la voz de un mercenario
como una bofetada para todos:
«¡Árabes…! ¡Perros…!
¡Váyanse…! ¡No se acerquen al río!
¡Váyanse…! ¡Perros…!»
Mientras una mano cierra la ventanilla,
cierra el camino de salida
para nosotros.

Ay, pobre humanidad nuestra desangrándose, 
como un solo corazón goteando mirra
y sangre como veneno en llamas. 
«¡Árabes…! ¡Perros…!».
¡Odio mío que crece y enloquece más! 
Mataron el amor en mis entrañas. 
Cambiaron la sangre de mis venas 
por lava y alquitrán.












martes, julio 29, 2025

«¿Por qué escribo?», de Margaret Atwood

Sin datos del traductor




Es un asunto que siempre me pareció muy complejo. Podría responder con otra pregunta: ¿Por qué no escribe todo el mundo? Porque es verdad que la escritura, es decir, la combinación ordenada del lenguaje y la narración, es como las otras actividades artísticas, una de las cosas que distinguen a los seres humanos. Escribir es algo propio de la condición humana.

Podría también citar a Pascal y decir: «Escribo, por lo tanto, soy». O incluso proclamar mi parentesco con Sartre al afirmar que la escritura es el acto por el cual me defino. Se podría decir que la escritura es la estructura que ubico entre mi yo y el no-ser, el caos, la desintegración.

Podría también pretender que soy una exploradora que organiza campos de experiencia y de lenguaje nunca antes organizados de esa manera; o bien, practicar una adición elaborando fórmulas verbales para alejar del lector espíritus y demonios, o al menos, hacerle creer ilusiones; incluso, ser una moralista que compara la palabra «es» y todas sus implicancias con la palabra «debería», pues tales comparaciones están implícitas en la novela como género… O podría definirme como una hedonista y decir que amo esto, dado que escribir es también una forma de juego. Si fuera invitada a uno de esos talk shows norteamericanos, diría que lo hago porque eso me reporta dinero, lo que sería la única razón decente.

Cada una de estas explicaciones encierra algo de verdad, si bien ninguna es la adecuada. El hecho es que ignoro por qué escribo. Todos los interrogantes desconocen un fin. Cada uno esconde un «por qué», hasta llegar a una pregunta primigenia. «¿Por qué el universo?».

Quizás los escritores escriben para saber la respuesta. Y porque nunca la encuentran.   









Contribución a DscnTxt desde Leteo por Christian Kupchik


















lunes, julio 28, 2025

«Masacre», de Ghayath Almadhoun

Versión de Juan Carlos Villavicencio




La masacre es una metáfora muerta como comer a los amigos, comerlos sin sal. Eran poetas y se han convertido en Reporteros con Fronteras; ya estaban cansados y ahora lo están todavía más. «Cruzan el puente a paso ligero al amanecer» y mueren sin cobertura telefónica. Los veo a través de lentes de visión nocturna y sigo en la oscuridad el calor de sus cuerpos; ahí están, huyendo de ella mientras corren hacia ella, entregándose a esta enorme masacre. La masacre es su verdadera madre, mientras que el genocidio no es más que un poema clásico escrito por generales intelectuales pensionados. El genocidio no es lo más apropiado para mis amigos, ya que es una acción colectiva organizada y las acciones colectivas organizadas les recuerdan a la Izquierda que los decepcionó.

La masacre se levanta temprano, baña a mis amigos en agua fría y sangre, les lava la ropa interior y les da pan y té, luego les enseña un poco a cazar. La masacre es más compasiva con mis amigos que la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La masacre les abrió una puerta cuando otras estaban cerradas, y los llamó por sus nombres cuando los nuevos reportes buscaban sólo números. La masacre es la única que les concede asilo a pesar de sus orígenes; a la masacre no le molestan sus circunstancias económicas, ni le importa si son intelectuales o poetas, la masacre mira las cosas desde un ángulo neutral; la masacre tiene los mismos rasgos muertos que ellos, los mismos nombres que sus viudas, pasa como ellos por el campo y los suburbios, y aparece de repente como ellos en las noticias de última hora. La masacre se parece a mis amigos, pero siempre llega antes que ellos a las escuelas donde los  niños y los pueblos lejanos.

La masacre es una metáfora muerta que salta de la televisión y se come a mis amigos sin ni una mísera pizca de sal.

















domingo, julio 27, 2025

«¿Pax americana? La historia oculta de Estados Unidos». Entrevista a Tariq Ali, de Oliver Stone

Fragmento / Traducción de Efrén del Valle




Oliver Stone: Los conservadores se atribuyen que Reagan pusiera fin a la Guerra Fría. Creo que el argumento contrario sería que el sistema soviético se había agotado económicamente y que en cierto modo Afganistán presagió los problemas de la Unión Soviética, al igual que Irak presagió algunos problemas de Estados Unidos. Veo ciertas similitudes entre el camino que han seguido Estados Unidos y los soviéticos. 
Tariq Ali: Cuando un sistema, el sistema soviético y todo lo que conllevaba, se desmoronó, hubo triunfalismo en Occidente durante años. Hemos ganado, los hemos machacado y ahora somos los que dominan. Y por todo el mundo no parecía surgir ninguna alternativa a este discurso. Creo que la complacencia se instaló entre los líderes estadounidenses. Creían que ahora podían hacer lo que quisieran, salirse con la suya. No había nadie que pudiera cuestionarlos. Y ese siempre es un pensamiento peligroso para cualquier potencia imperial, creer que nada puede afectarte, porque el mundo no es así. De modo que el primer desafío vino curiosamente de Sudamérica, y de un continente que había experimentado con el neoliberalismo. Al fin y al cabo, los muchachos de Chicago no probaron primero el neoliberalismo en Gran Bretaña. Lo probaron en Chile con Pinochet, y más tarde en Argentina. Así que empezamos a ver la aparición de movimientos sociales en varios países latinoamericanos —Bolivia, Ecuador, Venezuela— que luchaban contra los intentos por privarlos de ciertas cosas que les gustaban, como el agua gratis, los subsidios al transporte y cosas que a escala mundial parecen diminutas, pero que son muy importantes para la vida diaria de muchas personas. Estos movimientos sociales generaron reacciones. En el caso de Venezuela, tres mil personas que intentaban protestar contra las reglas del FMI fueron asesinadas en las calles por el ejército. 

¿Esto fue antes de Chávez? 
Sí. Eso es lo que produjo a Chávez. Chávez no cayó del cielo. Fue producido dentro del ejército, un ejército que solía masacrar a su propio pueblo. Y Chávez reunió a todo un grupo de mandos subalternos y dijo: «No nos crearon para esto. El único propósito del ejército es defender al país de una invasión exterior, pero nos han utilizado para matar a nuestra gente». Así surgió un grupo disidente dentro del ejército venezolano. En otras zonas de Sudamérica se estaban produciendo acontecimientos similares. En Bolivia, el gobierno neoliberal decidió vender el suministro de agua de Cochabamba a una filial de Bechtel, la empresa estadounidense. Y una de las cosas que consiguieron los privatizadores del agua fue que el gobierno aprobara una ley que decía que, en adelante, era ilegal que los pobres subieran al tejado y recogieran agua en receptáculos porque eso cuestionaba su monopolio. Se produjo un levantamiento, una insurrección. Intervino el ejército, un chico fue abatido a tiros y otros resultaron heridos. Salió más gente y empezaron a ganar. Estas victorias en Sudamérica fueron el primer gran indicio de que no podía mantenerse el viejo orden, que las cosas estaban cambiando. Que el consenso de Washington, el mundo poscomunista gobernado por el FMI, el Banco Mundial y la OMC ya no podían seguir de aquella manera en Sudamérica. Curiosamente, esos movimientos también estaban generando líderes políticos que ganaban elecciones democráticamente. Así que tuvo lugar un gran distanciamiento de la guerra de guerrillas en la política sudamericana en favor de una participación masiva en la democracia que todo el mundo debería haber aclamado. Yo desde luego lo hice. Los políticos prometen a la gente ciertas cosas y salen elegidos, y ahora intentan cumplir esas promesas. En mi opinión fue totalmente malinterpretado de forma deliberada por la Administración de Bush, que intentó aplastar todos esos acontecimientos organizando golpes militares y respaldando a la gente más reaccionaria de esos países. 

¿Bush hijo? 
Sí. Bush hizo todo eso con el apoyo de Cheney y Condoleezza Rice en un Departamento de Estado muy reaccionario. 

¿Qué hay de Clinton en Bosnia? 
La intervención de Estados Unidos en Bosnia, considerada por mucha gente una misión humanitaria, resultó un intento manifiesto por aumentar el poder y la influencia estadounidenses. Así que ahora tenemos una base de misiles estadounidense en Tuzla, y una de las bases de helicópteros más grandes de la historia en Kosovo. Esta es la expansión del poder estadounidense al final de la Guerra Fría, pero la verdadera resistencia en cuanto a países empezó en Sudamérica, y ahí es donde ha continuado desde entonces, con esta excepción: lo que ha ocurrido ahora es que la caída del sistema neoliberal, el estallido de la burbuja, significa que todo el mundo está esperando alternativas. Considero bastante posible que esta crisis económica mundial, que no ha terminado ni mucho menos, cambie de nuevo las ideas de la gente. Hasta qué punto y en qué dirección ya se verá. Pero de repente la experiencia sudamericana cobra mucha importancia porque esos líderes que han sido atacados en los medios de comunicación y tildados de locos y salvajes ahora parecen muy sobrios. Y una nueva Administración en Washington tiene que lidiar con ellos racionalmente como políticos electos que representan a su pueblo. Si este ejemplo se extiende a otros continentes, nos aguardan tiempos interesantes de nuevo. 

Por todas partes vemos cómo el dinero de los contribuyentes se utiliza para sacar de apuros a los ricos. Toda la ideología del neoliberalismo es que el Estado es inútil y el mercado lo hará todo. El mercado es supremo. Si el mercado se desploma, se arrodillan ante el Estado y le dicen: «Ayúdanos, por favor», y el dinero de los contribuyentes se destina a todos los bancos del mundo occidental, más o menos. Pero el efecto que esto tendrá en la conciencia popular todavía está por ver. 

Así que hemos presenciado estos acontecimientos de enorme importancia en Sudamérica. Por otro lado, el centro económico del mundo se ha desplazado hacia el Este. China es el nuevo taller del mundo. Todos los productos baratos que podemos comprar por todo el planeta son chinos. Y cuando una economía se mueve de tal manera, ¿puede ir muy a la zaga la política? Así que la pregunta que asolará al siglo XXI es si está surgiendo una nueva potencia imperial a escala global para desafiar a Estados Unidos desde Oriente. ¿Ocurrirá? ¿Qué hará Estados Unidos para impedirlo? Estos son interrogantes que sólo podemos comprender viendo la historia de lo que ha ocurrido en los dos siglos anteriores. No puedes escapar de la historia. Dudo que vivamos una repetición de la Primera Guerra Mundial, ya que eso significaría aniquilación. Por otro lado, la gran pregunta que no podía formularse hace cien años pero hay que plantear ahora es, expresada del modo más sencillo, si el mundo dispone de los recursos necesarios para que todas las familias vivan como lo hacía una familia estadounidense de clase media en los años cincuenta y sesenta. Y creo que la respuesta es «no». El mundo no posee recursos para eso. En cuyo caso, ¿qué sentido tiene esta competición loca e incesante? ¿No sería mejor encontrar otra forma de vida para los distintos pueblos de todo el mundo? 

Usted habla de problemas globales, pero no profesa demasiado respeto hacia uno de los organismos que supuestamente se crearon para abordar dichos problemas, Naciones Unidas. ¿Es correcto? 
Sí, lo es. No soy partidario de las instituciones internacionales. Creo que pueden hacerse muchas cosas regionalmente. Volveré de nuevo al único ejemplo que tenemos de cierta cooperación regional en Sudamérica. No soy de los que piensan que lo que está pasando en Sudamérica sea una revolución, aunque algunos de sus líderes, como Chávez, la denominan así. Lo que está ocurriendo es que los políticos electos están poniendo en marcha importantes reformas socialdemócratas para beneficiar a los pobres. Eso es muy importante en sí mismo. No hay que darle una nueva coloración. Eso es lo que están haciendo. Y el hecho de que durante los últimos cincuenta años los cubanos hayan creado una infraestructura social que genera más médicos por persona que cualquier otro país y que esos médicos puedan ofrecerse como capital humano a cambio de otras cosas a Latinoamérica y África es increíble. Así que cuando Hugo Chávez hace frente a una huelga de profesionales de clase media y los hospitales cierran, llama a su amigo Fidel Castro y en cuestión de días, entre 16.000 y 20.000 médicos cubanos con sus medicinas baratas se montan en un avión y vienen a fundar clínicas en las zonas más pobres del país. Eso tiene un impacto en la gente, incluida la que discrepa de ti. Yo no digo que el mundo vaya a cambiar así en todas partes, pero que los países colaboren regionalmente es importante. ¿Por qué no deberían China, Japón y la península de Corea formar una especie de unión, como la europea? Por que Estados Unidos no permitirá que ocurra. 

¿Por qué? 
Porque Estados Unidos ve a Extremo Oriente como la mayor amenaza para su hegemonía global. 

Usted ha escrito sobre Israel y Pakistán, a los que describe como Estados confesionales. Pakistán es una división de la India e Israel de Palestina. Alemania, Corea y Vietnam también se crearon por medio de la separación, pero no diríamos que son Estados confesionales. Entre los Estados creados a partir de una división, los confesionales han resultado más peligrosos. ¿Opina usted lo mismo? 
Sí, aunque en el caso de Pakistán el país se disgregó en 1971, cuando el este se escindió y se convirtió en Bangladesh, lo cual redujo su efectividad como Estado y dañó gravemente su ideología. Los israelíes, por el contrario, han acumulado poco a poco más y más tierra, ocupando cada vez más territorio. Pero en ambos casos, las élites son gente bastante insensible e implacable que quiere lo que considera más adecuado, cuente o no con el apoyo de su población. Los israelíes sí cuentan con él. Los paquistaníes no. Aun así, en ambos casos no es imposible imaginar que al final de este siglo Pakistán forme parte de una unión mayor a la vez que preserva sus estructuras estatales —una unión del sur de Asia con India, Bangladesh, Sri Lanka y Nepal tiene mucho sentido— y que, en algún momento, la población israelí se dé cuenta de que ya basta y que los palestinos se den cuenta de que nunca conseguirán un Estado independiente de relevancia y que se produzca un avance hacia una solución de un solo Estado en Palestina e Israel en el que judíos, musulmanes, cristianos y otras minorías más reducidas puedan vivir juntos. Dudo que haya otra solución. 

Usted cita a Thomas Friedman, el columnista de The New York Times, que supuestamente decía que no solo McDonald’s, sino también McDonnell Douglas deben dirigir el imperio. 
Sí.

¿Y a qué se refería con eso? 
Se refería a que en este mundo lo decisivo es el poder militar de Estados Unidos y eso ayuda a mantener McDonald’s por todo el planeta. Ahora hay bases o instalaciones militares de Estados Unidos en sesenta o setenta países del mundo. Esa es una presencia muy fuerte para Estados Unidos. Y no les ayuda especialmente, ya sea en Afganistán o Irak, que se den estas extensiones. Esta proyección del poder estadounidense no sólo provoca ira y resentimiento, sino que tiene un efecto desestabilizador. Los rusos, por ejemplo, dicen: «Si pueden intervenir militarmente en Kosovo, ¿por qué nosotros no podemos hacerlo en Georgia? ¿Quiénes son ellos para decirnos qué hacer?». Los indios dicen: «Si unos terroristas de un país te odian, ocupas ese país? ¿Cómo pueden decirnos a nosotros que no hagamos lo mismo?». Así que este patrón de conducta estadounidense no ha creado un mundo que avance hacia la paz y la estabilidad, que según ellos era su objetivo. 

¿Una especie de Pax Americana? ¿Habría una sola potencia y sería benevolente? 
Sí. 

No funciona así. 
No. Ni siquiera el Imperio Romano, que tenía la Pax Romana, pudo mantener su dominio por mucho tiempo y empezó a desmoronarse. […]

Hablemos un momento de economía. Para empezar, ¿qué es el marxismo? 
El marxismo es fundamentalmente una manera de entender la historia. Creo que en el plano teórico, la contribución más importante de Marx fue decir que la historia es esencialmente, aunque no de manera exclusiva, una lucha entre clases enfrentadas desde los días de la Antigüedad hasta hoy. Y esa suposición, que ahora parece relativamente clara, transformó nuestra forma de ver el mundo y de estudiar la historia. La segunda cosa que hizo Marx fue explicar cómo funciona el capitalismo. El impulso por obtener beneficios, que es la motivación dominante en el capitalismo, lo determina todo. Y luego hay algunos pasajes increíblemente proféticos en los que habla del capital ficticio, un sistema que utiliza dinero que no tiene e implosiona. Y señala que este ciclo se repetirá en la historia del capitalismo mientras dure el sistema. Nunca describe con detalle cómo sería una alternativa al sistema capitalista. Esa no es su función, y queda en manos de otras personas que hacen revoluciones. Pero dice que los sepultureros del sistema son producidos por el propio sistema, que el sistema decepcionará a la gente y esta se alzará y lo derrocará. Así que, para Marx, los países más aptos para el socialismo son aquellos en los que más se han desarrollado las fuerzas productivas y la tecnología. Según este concepto, Estados Unidos sería el país más apropiado para una rápida transición de un sistema al otro, ya que lo único que necesita es un sistema planificado. Sin embargo, la mayoría de las revoluciones, si no todas, se han producido en países que estaban muy atrasados, como la Rusia zarista y China. Cuba también estaba bastante atrasada en muchos sentidos. 

Usted ha escrito que sólo hemos probado con el socialismo una vez y fracasamos. Pero ha habido muchos intentos con el capitalismo. 
Es verdad. Lo digo porque el capitalismo ha fracasado muchas veces. No sé si existe un acuerdo, pero desde 1825 ha habido docenas y docenas de ciclos capitalistas de crecimiento y depresión y luego desplomes. Recordamos los grandes, pero ha habido fracasos menores también. Pero el sistema siempre se recupera, o se le recupera, como estamos viviendo hoy en día. A los socialistas y a los comunistas sólo les fue permitido una vez implantar un sistema que duró setenta y cinco años, después se vino abajo, y todo el mundo lo da por acabado. En mi opinión, aquella forma específica de comunismo, aquella experiencia concreta, pueden haber fracasado, pero no hay ninguna razón para que la gente no pueda pensar en sistemas mejores que el que existe actualmente sin caer en los males del soviético. 

Irónicamente, Estados Unidos se halla en una posición en la que el Estado posee buena parte de la economía ahora mismo. 
Cierto, ¿pero cómo está utilizando esta baraja? ¿Es para el capitalismo de Estado o es para crear un capitalismo de servicios públicos, que sin duda es posible inyectando mucho dinero estatal en servicios públicos que producirían para cubrir necesidades y no para hacer beneficios? Creo que eso es lo que habría que hacer y lo que haría ahora un Estado capitalista racional. Yo le diría a la gente de los bancos, las compañías hipotecarias y las inversoras que han fracasado. Les hemos dado una gran oportunidad, los hemos apoyado. El Estado ha intervenido y les ha dado una base para que ganen miles de millones y nos fallaron, así que ahora no permitiremos que lo vuelvan a hacer en los próximos cincuenta años. Vamos a construir y desarrollar servicios públicos que nosotros controlaremos, gestionaremos y sufragaremos. Y esto va a beneficiar mucho más a nuestra población que cualquier cosa que ustedes hayan hecho. Hay ciertas cosas que la gente se merece por derecho —entre ellas salud, educación y alguna forma de vivienda barata— que en Europa la socialdemocracia solía prometer e intentaba ofrecer y a menudo ofrecía. 

En países más pequeños. 
Sí. 

Me imagino que es más difícil en la Unión Soviética, Estados Unidos o China. 
Es cierto, aunque, para ser justos, no creo que el gran avance chino, porque así debemos denominarlo, hubiera sido posible de no haberse producido una revolución y haberse creado una clase de muy alto nivel con licenciados, científicos y técnicos. Y pienso que eso explica por qué están muy avanzados económicamente con respecto a la India. El auge de la cultura del país, que ha generado a esa gente que tenía unos orígenes muy humildes, en realidad es la base de la transformación actual de China. 



2014












sábado, julio 26, 2025

«El amor entre los vivos y los muertos», de Yang Jian

Traducción de Miguel Ángel Petrecca




La vida de un hombre tras su muerte
es su memoria entre los vivos...
Durante un tiempo largo,
el espejo que usó abre la boca y habla,
la silla donde se sentó murmura bajito,
incluso el sendero recuerda sus pasos.

Tras la ventana
el sol que cae lento
se parece al tono que usaba.
La vida de una persona
es su memoria de los muertos...

Luego de un tiempo largo
el tono,
los movimientos del vivo
se vuelven igual a los del muerto. 




A un mes de la partida de Amanda Durán





en Un país mental. 150 poemas chinos contemporáneos
Gog y Magog, 2023














viernes, julio 25, 2025

jueves, julio 24, 2025

«Luis Cernuda», de Ernesto Mejía Sánchez


 



El español aquel.
                                 El andaluz.
El solo, decoroso, limpio, altivo
le dio cara a la muerte con descaro—
peor que soldado iluminado súbitamente 
por la granada roja de su propia conciencia.

Adolescente envejecido, ángel malvado 
y generoso: No lo toquéis.
                                               Más que poeta. 
Ni la animala pudo meterle maña
en la bragueta.
                           Unos libros ingleses por aquí, 
una pipa de fresno, la
                                       página blanca o escarlata, 
                                       la historia. NO. Cernuda
                                                           NO pasará



en Cuestiones rubendarianas, 1970













miércoles, julio 23, 2025

«Si mis poemas…», de Fina García Marruz




 
Si mis poemas todos se perdiesen
la pequeña verdad que en ellos brilla 
permanecería igual en alguna piedra gris 
junto al agua, o en una verde yerba.

Si los poemas todos se perdiesen
el fuego seguiría nombrándolos sin fin 
limpios de toda escoria, y la eterna poesía 
volvería bramando, otra vez, con las albas.



en Visitaciones, 1970
















martes, julio 22, 2025

«Memoria de Garcilaso el Inca», de Javier Sologuren




 
En todo amor se escucha siempre 
la soledosa vena de agua
donde se copia ausente
un rostro vivo que fue nuestro.

El agua surge, el agua nombra, 
con suaves labios transparentes, 
la vieja cima sola
y unas palabras en rescoldo.

El amor es asi. Nos siembra 
sol en el alma, y con el agua 
cánticos de la tierra
nos traen anhelos memoriosos.

Paloma triste de mi madre 
abre en mi pecho la nostalgia; 
Córdoba es adusta, y cae
en mí un ocaso susurrante.

Mi padre cabalgando, en marcha, 
en hierro gris, en enemiga;
el Cuzco, noble patria,
piedra viril ante el destino.

Oh, corazón, sé pozo quieto 
pero vivo de amor por ellos; 
guarda sus sombras, guarda
sus muy humanos resplandores.

Por sobre ti pongo el oído
y siento el rumor del sol, la luz 
del agua, el surco tibio,
la mano buena del labriego.

El amor es así. La sangre,
el país que me habla por dentro, 
me hacen saber, y sabe
ser corriente agua el recuerdo.




en La gruta de la sirena, 1961 














lunes, julio 21, 2025

«Desde abajo», de Gonzalo Rojas



Gonzalo Rojas con el presidente Salvador Allende (1970)
 

Entonces nos colgaron de los pies, nos sacaron
la sangre por los ojos,
                                        con un cuchillo
nos fueron marcando en el lomo, yo soy el número
25.033,
             nos pidieron
dulcemente,
casi al oído,
que gritáramos
viva no sé quién.

                               Lo demás
son estas piedras que nos tapan, el viento.



en Oscuro, 1977















domingo, julio 20, 2025

«Capitalismo tardío», de Zena Agha

Versión de Juan Carlos Villavicencio




aún joven despierto
oigo el océano

en este estado de continua
fuga me inclino

escucho el agua
correr y luego posesivo

en la mezquita de Kilburn
un hombre aclara:

eso es música.
Un cuerpo siempre

perturbado en camas
extrañas. Agazapada afuera

esas estrellas asustan,
un dosel de

ojos cubierto de joyas, una negrura
implacable persiste

en el cruce de los caminos
la forma en que los hombres aún te abrazan

aunque hayas crecido.
Esta casa está llena y

llena de paltas,
mangos, guayabas saca

una papaya tan grande
como un recién nacido

del congelador de manera
imprudente, atraviesa una naranja 

sanguina con una cuchilla letal
y sacraliza las semillas

como renacuajos, péscalas
con una cuchara, córtalas en cuatro

y luego vuelve a cortarlas en cuatro
devóralas con yaca

para desayunar, las pieles
una serpiente desechada

las pepitas, las balas. 
Lento exotismo.

¿Y qué hay de su entrega?
Escucha: si trabajas

porque el papel te 
obliga, entonces el destino dejó

sin sabor tu vida entera. 




en Objects from April and May, 2012






Fotografía original de Zena Agha por Axel Jenson












Late Capitalism

still young awake / hear the ocean // in this fugue state / I bend myself // listen to water / rushing then possessive // at Kilburn mosque / a man clarifies: // it is music. / A body always // disrupted in strange / beds. Crouch outside // those stars frighten, / a canopy of // jewelled eyes, unforgiving / blackness lingers // over cross roads / the way men still hold you // even though you're grown. / This house is filled and // full avocados, / mangoes, guavas draw // a papaya as big / as a new-born // from the freezer / reckless, run a lethal // blade through blood orange / and arcane the seeds // like tadpoles fish them / with a spoon, quarter // then quarter again / devour with jackfruit // for breakfast, the skins / a discarded snake // the pips, bullets. / Slow exoticism. // What of their delivery? / Listen: if you are working // because paper makes / you, then fate has left // your life flavourless.











sábado, julio 19, 2025

«Poema presentado a Liu Ching-wen», de Su Dongpo

Versión de Juan Carlos Villavicencio




El loto se ha marchitado, y ya no hay paraguas para la lluvia.
Una sola rama del crisantemo se yergue contra la escarcha.
Recuerda las buenas vistas de este año
ahora también: las cidras amarillas, las mandarinas verdes todavía.








Pintura original: Naranjas amarillas y mandarinas verdes (c. 1070-1100), de Zhao Lingrang
















viernes, julio 18, 2025

«El paseo a las montañas», de Franz Kafka

Traducción de Juan Carlos Villavicencio



«No sé», grité sin lograr sonido, «no sé. Si no viene nadie, es que precisamente no viene nadie. No le he hecho nada malo a nadie, nadie me ha hecho nada, pero nadie quiere ayudarme. Absolutamente nadie. Pero tampoco es así. Es sólo que nadie me ayuda; de lo contrario, Nadie sería amable. Me encantaría –¿por qué no?– ir de paseo con un grupo de Nadie. Naturalmente, a las montañas, ¿adónde si no? ¡Cómo se amontonan estos Nadie, todos estos brazos estirados y enganchados, todos estos pies, separados por minúsculos pasos! Se entiende, todos visten de frac. Caminamos como sin ganas, el viento viaja por los huecos que dejamos abiertos, entre nuestros miembros y nosotros mismos. ¡Las gargantas se liberan en las montañas! Es un milagro que no cantemos».



1904-1905








jueves, julio 17, 2025

«Parpadea», de Ricardo Cázares




 

                  parco

                             el sol

        asalta pálido la vista

               y se pierde

                            abrasa el círculo oscuro
                       de la tierra
                                           que adelgaza el sentido
                                   de lo real



bajo la falda del Vezère van asomándose los cerros
como nalgas vanidosas

                                                     salta el vencejo que rezuma
                                                                              grumo negro

                                      de la atmósfera de piedra


                     van los volúmenes de hembra a una lengua desmedida
por punzar

                  como la gubia

                                      el trazo arqueado de los labios

              el río canta la apariencia
de la misma eternidad accidental
que traslucía en el murmullo
de los viejos hechiceros



                                          una cabrilla se echa al canto de la piedra
             y se pone a masticar
                          un trozo de arce, un jirón
                                                         de jerga seca que repite
                                              las hogueras
                                                  y la hierba
                                                               y el calor

                                                    el brillo verde de los árboles
                                     que pactan
                                                  impasibles
                                           con la brida del otoño


                                                                    pide que venga holgado el viento
                                                              y la nube y la crecida

                                    el río que nace, otra vez
                       en presencia de un asombro sucesivo
          que contrae
                               el aire crespo
                                                              cada arruga de su piel
                                                 que ha registrado las distancias
                                         y los días

                     cada verano el río crece
               y se retira

                                         oscila

                                                     óss

                                 como la vara del zahorí que serpentea
                           hasta besar
              la brecha tibia
                                        deshilándose en la enagua
                              de la bruma


va el pozo blando de la palma al muslo tenso va la barca a recalar
             en la cadera que se arrima al tronco duro de un nogal
             desesperado


                   en la cintura que rodea La Roque-Gageac
                          la gravedad
                                        y las parvadas de escribanos
        han comenzado a rasurar toda maleza

                       los higos cuelgan poco tiempo
     de la rama

                         pronto los perros morderán
              la piel estriada
                                       el escroto vegetal

                                 cachorros ciegos
                                                    azorados por la llaga en la piel negra
                           que revela una pulpa maternal

                                  sous les falaises de calcaire
                                                  la langue racler, le digo

                          besa la loma donde brota el vello negro
             y ve bordeando el tajo brusco
                                       ese que oculta la piel blanca
                     de caverna
                          como un áspero mondmilch
que borra el rastro de las manos
                                                    el calor
                                             de la caricia original
                                sobre la arcilla
                          que se embarra en tus zapatos

          sous les falaises vuelve un rito
                                                    un bullicio
                         y la lengua cabrillea
                 y se casca hasta el delirio de los labios
         que hacen limo en la brasa
                                          y la casa y la
                              cabeza que es un puro palpitar
                        que paraliza
                                                   escupe un trombo en el agua
                                     que se acopla con la tierra
                y se sacude

                                              si esa hembra se ha postrado
                               en cuatro patas
                                     es porque lleva un cuerpo adentro

                          recién ahora empieza
                                el comercio con el mundo

                                              el coraje de sentirse ocupado
                                 por lo real
                                                     que hace memoria
                                        y lenguaje
                                                   y consuelo
                       y atraviesa
                                           una vez
                                sólo una vez, y eso
                                                       a veces
 la evidencia que lo vuelve inexplicable



en Palas, 2017