I
Una Idea, una Forma, un Ser
que partió desde lo azul y cayó
en una laguna Estigia fangosa y plomiza
que ningún ojo del Cielo podría penetrar;
un Ángel, un viajero imprudente
tentado por el amor a lo deforme,
se debate como un nadador
en el fondo de una enorme pesadilla
y lucha ¡con una angustia fúnebre!
contra un gigantesco remolino
que canta como si fuera todos los locos
y hace piruetas a través de la oscuridad;
un infeliz hechizado
en sus inútiles tanteos
por huir de un lugar lleno de reptiles,
busca la llave y busca la luz;
un condenado que desciende sin lámpara
al borde de un abismo cuyo olor
delata la profundidad húmeda
de eternas escaleras sin barandas,
donde monstruos viscosos acechan,
cuyos grandes ojos de fósforo
oscurecen todavía más la noche
y sólo los hacen visibles a ellos;
un barco atrapado en el polo,
como en una trampa de cristal,
busca por cuál estrecho fatal
ha caído en tal prisión;
—emblemas claros, cuadro perfecto
de una fortuna irremediable,
¡que sugiere que el Diablo
siempre hace todo bien!
en Les Fleurs du Mal, 1857
No hay comentarios.:
Publicar un comentario