La noticia de la muerte de Haizi
me llego primero por carta de Kaiyu,
apenas un par de líneas, dejándome
shockeado y conmovido: aunque no te conocía,
aunque sólo leí un par de tus poemas cortos
y unos apuntes sobre Hölderlin,
una y otra vez reconstruyo ese atardecer
e ingreso en el último paisaje que viste–
ahí en medio de una mirada turbia todo
se vuelve de golpe vacío: Ah no, no dejés
que la rueda gigantesca se lleve tu vida y tu melancolía.
Antes te odiaba, por tu poesía, y por
tu cara de niño rústico y caprichoso.
Una vez, en un poema, hiciste una oda a tu esposa.
Sólo después supe: no sólo no estabas casado,
sino que ni siquiera habías tenido nunca un amor.
en Un país mental. 150 poemas chinos contemporáneos,
Gog y Magog, 2023
No hay comentarios.:
Publicar un comentario