París, a 24 de septiembre [1959]
Querida Remedios:
He pensado mucho en ti. Todos tus amigos, todos los amigos de Benjamin [Péret], hemos pensado en ti. Ya sé que es inútil pensar, inútil hablar. Todo es inútil. ¿No resulta absurdo que yo haya sido el encargado de llevarle un dinero que nunca iba a poder utilizar? Pero aunque esta ayuda haya sido inútil, no lo fue tu afecto y tu amistad. Es maravilloso, después de todo, tener amigos como tú y Leonora [Carrington]. Mejor dicho: tener amigas. La mujer —algunas mujeres, algunos corazones de mujer— me reconcilian con la vida y también —¿por qué no?— con la idea de la muerte. Elisa [Breton] —supongo que te habrá escrito— te recuerda mucho y con gran cariño. Y todos los demás. Y todo lo demás.
Octavio
Carta manuscrita (Embajada de México, París)
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