martes, febrero 04, 2025

«Oh dios, ahora lo sé», de Kamal Nasser

Versión de Juan Carlos Villavicencio




Oh Dios, ¿por qué me has inspirado? ¿Para regocijarme y sufrir?
¿Por qué bautizaste mi vista? ¿Para reír y llorar?
¿Por qué me inundaste de ambición?
¿Para enaltecerme y humillarme?
¿Por qué?

Desearía no tener corazón, ni alma, vivir sin rumbo fijo, observando 
            mi vida desde lejos. Acercarme con un nuevo corazón 
            a la eternidad, con un alma nueva que confirme mi viaje, 
            refrene mis pasiones y me crucifique en el vacío.

Oh Dios, ¿por qué me has tentado, despertado y exacerbado mis pasiones, 
            y me has infundido lo sublime?

¿Por qué me has purificado y despertado?
¿Por qué me coronaste de esperanza, me hiciste imprudente y hundiste 
            en la codicia? ¿Por qué?

Cuánto anhelo el silencio, la quietud
Estoy perdido, cuestionándome
¿Quién soy?
Adormecido mi corazón, sin vida, y ciegas mis visiones 
voy a la deriva con la oscuridad del inútil y desesperado.

Oh Dios, ¿por qué me alimentas, me matas de hambre y la apaciguas?
¿Por qué me privas, profanas y purificas?
¿Por qué frustras mi determinación?
Me iluminas y luego me guías a un mal camino
¿Por qué?

Entre los hombres soy libre y esclavo a la vez 
Soy tumba y cuna en manos del destino
Miserable sin lo que necesito
Nacido de la realidad
Nacido de las cadenas
Guiado por las heridas, por los años
¿Quién soy?
Y la vida le grita a Dios
avergonzándolo en Su propio cielo
con sus labios gritando:
Tú me has dado vida – me has creado.
Y le pregunto al vacío
¿Oh Dios, por qué me creaste?

Rugen dentro de mí la tormenta de la vida
Cada sendero está inundado de sangre
Nuestros días tiemblan de dolor y desamparo y la belleza se aparta 
            de mi visión del paraíso
Veo mi patria crucificada en el desierto.

Heridas la esperanza y la dignidad
cuando despierto, aumentan las carencias, soy sacudido y librado 
            desde las profundidades de la oscuridad.
Me guían hacia la bondad, la devoción, el autosacrificio y la generosidad.
Mis ojos han sido abiertos – encuentro el camino
Los furiosos conflictos descansa en mi corazón
Las heridas son purificadas por mis lágrimas
Y en mis ojos Te levantas, oh Dios,
ya que ahora sé por qué me has creado.


















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