lunes, diciembre 09, 2024

«Estado de materia», de Carlos Cociña

Cinco poemas




Lo que parece un momento se extiende en su arrabal, lugar que puede estar en cualquier epicentro incierto. Una casa imposible en la imaginación, un hogar eléctrico o de cenizas en algún espacio. Su centro es una invención geométrica, una mosca artificial de núcleo electrónico. Puede ser el punto de fuga o el espacio en constante expansión hacia sí mismo, o en las áreas de borde, que no son lo que envuelven ni lo aledaño. Allí las lenguas gastadas se hacen móviles, pueden estar en otro lugar e instante, pero están ahí, aunque no se les conozca o no se puedan escuchar. 

(hasta percepción)

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El rumor de los insectos es personal, su ejecución pública. Ocurre en los espacios propios de la germinación, en los tiempos acordados de su naturaleza, donde se instalan sin considerar las construcciones y estructuras con sentido humano.

(hasta paisajes)

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Hay lugares donde nada sobresale, sin embargo es imposible olvidarlos. Ni siquiera el sonido puede. Su densidad temporal es apenas perceptible, un fuego que sólo se ve como reflejo en los vidrios. Cada habitación es un universo multicolor, afuera, una prisión, donde las cosas valen como signo de otra cosa. El lugar es quien mira, con sus palpitaciones y respiración. En el paso por la zona vacía, los movimientos son mínimos, subliminales, casi indiferentes en el lugar de exclusión. De ahí nunca vamos a salir.

(hasta paisajes)

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El uso compasivo de paliativos en la herida, tumba en opioides cualquier sensación al aire libre, colmado de pequeñas señales de vida. Con las extremidades raspando el exoesqueleto, el sonido es similar al de las cuerdas vocales de los seres emplumados, especies de serpientes que reptan volátiles entre montículos escalonados. La densidad de las piedras en el aire.

(hasta violencia)

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Sólo los humanos permiten que una a una y cientos de personas se ahoguen en el mar, sólo humanos arrojan personas, vivas o muertas, con un peso para que se pierdan en el mar, sólo humanos envían a decenas de personas a morir en las nieves de la montaña. Lo humano está clausurado por el significado de lo humano. No importa cuántas veces una operación se aplique al cuerpo. Se es víctima de una ilusión desgarradora. Todo otro animal no hace esas operaciones en otros animales, ni busca en el lenguaje una opción que lo olvide. Lo que el humano llama inhumano sigue estando perfectamente acomodado dentro de él. Una a una y cientos de personas se ahogan en el mar, son arrojadas, vivas o muertas, con un peso para que se pierdan en el mar, enviadas a morir en las nieves de la montaña.

(hasta violencia)




en Poesía Cero (segunda edición), 2021





en Estado de materia, publicado por Editorial Lumen, 2024

























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