Con la planta segura sobre el suelo,
Cruzando voy del mundo los caminos,
Si bien entre los otros peregrinos,
Mas, vuelta siempre la mirada al cielo.
En la dura jornada, cuando anhelo
Saciar la eterna sed, hallo mezquinos
Los manantiales todos... y hay divinos
Impulsos que a mi espíritu dan vuelo.
Y así, tras una estrella: la Esperanza,
Mi existencia por claras o sombrías
Sendas de ensueño o realidad, avanza;
Y aunque el vivir me dio sus desencantos,
Aun vibra el alma llena de armonías
Y tengo el corazón lleno de cantos!...
en Cantos del camino, 1941
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