Tramonta el sol y ella, sentada a la ventana,
está hermosa y compuesta.
Su túnica, arrugada por la danza, no está
aún prendida,
la gasa que teje se enreda, ya no trabaja.
Vuelan libélulas sobre las yerbas locas.
Liban las flores las abejas.
Quisiera que sus alas temblorosas
llevasen su saludo a aquel que ella ha entrevisto.
en Poesía China, 1960
Edición de Rafael Alberti y María Teresa León
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