Versión de Juan Carlos Villavicencio
Tenían lunas; cuando los superó la añoranza
el agua se agitó;
las rocas se desnudaron en la orilla
y la montaña suspiró.
La luna que cuidé se ha marchitado.
El rocío que humedecía las rosas
y se ha secado su anhelo por el arribo
del ser querido.
La poesía les da su pan.
Ella me sacó del dolor.
Había estado pasando el tiempo con la muerte
en sus bordes
desde que se abrió paso el hambre en mí.
Ustedes hicieron del silencio una tierra amable.
Ahora escarban por recuerdos.
En el principio fue el atardecer.
Ahí nací, con mi fotografía
colgada en la pared.
Sálvate a ti mismo–
el fuego se está extendiendo.
He crecido.
Le di senderos a la casa
que fueron tomados
por la lluvia que cayó trayendo arena
así es que habité la noche, calle por calle
y donde me recogió el viento
una mujer me dispersó.
Silencio…
…Recuerdos.
Así cayó la oscuridad, cambiando un pueblo
por otro pueblo, cambiando nombres. Mi
voz se volvió salada. No podía encontrar mi camino
entre esa multitud, así es que vagué solo como una bala
perdida, tanteando mi
camino hacia mi deseo enterrado, como un ciego
que ve su propio rostro
con la punta de sus dedos.
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