![The Hours, de Juan Carlos Villavicencio](http://1.bp.blogspot.com/_wLXdX7Qbj3U/Slt7SLbzYbI/AAAAAAAABzw/pRo457auHrs/s1600-h/Hofstra+Hispanic+Review.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 254px; height: 320px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_wLXdX7Qbj3U/Slt7SLbzYbI/AAAAAAAABzw/pRo457auHrs/s320/Hofstra+Hispanic+Review.jpg)
Versión de Juan Carlos Villavicencio
Sudario con nombre de niño palestino asesinado en Gaza
en la playa de Copacabana en Río de Janeiro, nov. 2023
Lo envolvimos en un sudario
verde, blanco y negro.
Un triángulo rojo en una bandera rectangular.
Lo envolvimos con toda una vida de sufrimiento y de dolor.
Sangraron los cedros con la lluvia.
Él sangró mientras lo llevamos.
Lloraron las blancas nubes de la lluvia.
Una bandada de palomas cantó con alegría.
Una beduina esperaba
a su amado en Damasco.
De verde, blanco y negro lo envolvimos.
Era un libanés de Hebrón,
un iraquí de Galilea,
un sirio de Egipto,
un argelino de Marruecos.
Lo enterramos en nuestros corazones.
Sangraba lluvia de nuestros ojos,
alimentando las semillas de césped en el suelo.
De verde y rojo lo envolvimos.
Una beduina esperaba en Damasco.
¿Por qué te fuiste de repente?
En las ciudades de plata
murieron los poetas de la rosa metafísica.
Los poetas de la pradera se extienden por la tierra.
Lo envolvimos de verde, rojo, blanco y negro.
Una beduina se me acercó
cargando escritos secretos.
Me dijeron «¡Cállate!». Me mordí la lengua.
Me dijeron «¡Habla!». La dejé en libertad.
Dijeron algo más, pero no podía oír.
Seguí a mis seres queridos.
El viento no pide nada.
La arena amarilla y el mar se tejen
cuando nos llega el sueño.
Oh, rosa roja. Oh, sangre derramada.
No blanquear.
De verde y rojo lo cubrimos.
Él parte sembrando besos entre nuestros ojos
oh Madre, ¿qué ven tus ojos?
Muere entre llamas.
Entre balas perdidas.
Muere entre palabras y susurros.
Cuando el gallo canta, muere.
Al amanecer, muere.
No preguntes cómo.
¡Es Beirut!
Sólo los olivos entienden.
Los árboles, como las trenzas de mi madre,
me protegen de la dura lluvia del día.
Tan verde como el agua de la Bahía de Aqaba.
Mis raíces se hacen más profundas.
Él fue valiente. Sólido como los olivos.
De verde lo envolvimos.
De rojo, blanco y negro.
Con toda una vida de sufrimiento y dolor.
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