Vengo de ahí y tengo recuerdos
nacidos como los de cualquier mortal, tengo una madre
y una casa con muchas ventanas,
tengo hermanos, amigos,
y una celda en la prisión con una ventana fría.
Mía es la ola arrebatada por las gaviotas,
tengo mi propia vista
y una brizna más de prado.
Mía es la luna al otro lado de las palabras,
y míos la abundancia de pájaros
y el olivo inmortal.
Caminé por esta tierra antes de que las espadas
convertieran su cuerpo vivo en una mesa abrumada.
Vengo de ahí. Le entrego el cielo a su madre
cuando el cielo llora por su madre.
Y lloro por darme a conocer
a una nube que retorna.
Aprendí todas las palabras dignas del tribunal de sangre
para romper la norma de alguna manera.
Me aprendí todas las palabras y las rompí
para hacer de ellas tres únicas palabras: mi tierra natal…
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