Sobre Dharma Pops, de Jack Kerouac
(Selección y traducción de Alan Meller)
Four dogs went to the wilderness
Only three came back
Two died of the Ginny worm
The other died from you... Jack Kerouac
Hunter S. Thompson. "Ode to Jack".
En "Kerouac -Kicks joy darkness- A spoken word tribute with music",
Rykodisc. EE. UU. 1997.
Jack es uno de mis héroes personales. Sus pops, sus instalaciones artísticas de perros atropellados. Reventados en caminos rurales. Piensen en eso. Siempre quise escribir como Jack. Nadie puede escribir como Jack. Cualquiera puede escribir como Jack.
Quiero escribir compulsivamente aferrado a una máquina de escribir, náufrago. Saben a lo que me refiero. Escribir sobre Jack ahora es escribir sobre Alan. Sobre pops. Dharma Pops. Damma pops también. Pienso que Alan lo prefiere así. Pero respeta a Jack. Jack Meller. Alan Kerouac. Quedan bien. Suenan bien sus nombres. Estos destellos de iluminación en tercetos de versos escritos a 8 manos. Escritos con los pies. Escritos urgentes. Rápidos. Para ser leídos en voz alta. Como lo hace Jean-Lois-John-Neil-Allen-Alan-William-Bob-Gary... En fin, como los beat o nics. Sin internet. Sin rrss. Sin AI. Sin. Pecadores. Santos. Experimentadores. Tradicionalistas. Caballeros. Lumpen. Delincuentes. Ladrones de la forma. Jack rapta al haikú. Lo viola. Lo hace suyo. Abusa de este. Lo mata, desmiembra, quema, encala, entierra, cuida, nutre, cultiva, entroniza, alaba, adora, reza, civiliza, occidentaliza… "americaniza" - odioso adjetivo, sabes a lo que me refiero -, apropia culturalmente, reduce, copia. Traduce. Alan Meller… -quiero decir Allen Meller-, traduce el beat del late Jack. Un Jack cuarentón. Alcohólico. Solitario. Místico… místicosecreto, en un sentido muy americano (muy "gringo", para entenderlo); mesiánico, culposo, autoflagelante, todopoderoso. Abarca todo. Vive todo. El Jazz. La guerra mundial. La bomba atómica. La TV y los massmedia conquistando la esfera pública. Vive el momento axial de este capitalismo globalizado en el que nos encontramos, naúfragos. Visto todo, constante, se retira. No alcanza a ser un survaivolist paranoide - tin-head-bunker-rat - por escasos años, tal vez no era su carácter, aunque en sus cartas a W. S. Burroughs (las que gusta firmar Ad Astra Per Aspera) leo al JK escritor de ciencia ficción que anticipa, entre otros, a Kurt Vonnegut o a Frank Herbert, quienes también son los precursores del JK que fue solo en potencia. Contemporáneos a Jack somos todos. Especialmente los nacidos los locos años 20 del siglo 20, como José Saramago, Cornelius Castoriadis, Carlos Altamirano, Mishima Yukio. Por ahí todos escribieron -rasgaron, apuntaron, rayaron- poemas que parecen haikú… porque loquequieraquesea “haikú” (en japonés 俳句) elude porfiadamente a todo mundo… virus poético, poesía del instante, contacto directo con el mundo natural, pops, plops… y la otra propuesta, el “hágalo usted mismo – cómo hacer haikús en 5´-haikú-express-para-todos – ready-made-haikú”:
Todos podemos
Hacer bien lindos 俳句
tratar debes Ya//
… sin vacilar, vacilante. Sabemos las múltiples denominaciones de poeta en español -vate, vidente, trovador, cantor…- y en inglés -lyredbird, bard, rhymer, odist…- y en japonés -shijin, kajin, haijin…-; las implicancias de esto. El registro de poetas y la historia del haiku para el mundo, primero ensayado por un neerlandés en Osaka, americanizado por Blyth, naturalizado por Kerouac, atraído hospitalariamente por Meller desde una difusa y difuminada tradición del “Haikú americano”. Esto parece importante decir: si bien ni siquiera los japoneses se ponen muy de acuerdo en los orígenes del haikú (Shiki menciona a Basho, Basho nunca supo que escribió haiku -les llamaba hokku- Hiroaki Sato discute varios de los puntos “fuertes” del haiku para exponer su potencia y poder actual), en el espacio literario anglosajón, donde destaca Blyth como piedra de toque -pero ya la discusión la tenían los bostonianos, Chamberlain, Hearn- y luego los beat (aunque fuesen beat-medioevales como Dom Sylvester Houédard) y la infinita posibilidad de traducción de un solo haiku furuyke ya… En cierto sentido escribir haiku es escribir y re-escribir (se) de múltiples maneras, en múltiples filtros, ángulos, visiones, canciones. Algo en la escritura -rescritura, sobreescritura, contraescritura- aparece en el haikú. Como en las artes marciales, la ceremonia del té, la práctica caligráfica, algo, en la repetición, algo humano y tal vez algo más trascendente se muestra y se pierde cuando se hace haikú, una y otra y otra vez. Como en la meditación, como en la vida, como en el despertar día a día… también ahí donde lo encuentra Jack, trago a trago, requetepiqueteando la máquina de escribir, naúfrago en fracasos de escritor. Bien visto los escritores beatson esta línea de resistencia contracultural en EEUU… ¿pero resistencia contra qué? Contra una industria de medios de producción cultural atrincherada en periódicos, editoriales corporativas, educación literaria en academias y otras instituciones. Ginsberg y Kerouac abandonan sus estudios académicos para dedicarse a leer, escribir, experimentar con sexo, drogas, música, viajes. No escriben “la gran novela norteamericana” porque eso es una fantasía de las revistas publicitarias y del mercado que siempre ávido de eventos y novedades está buscando personajes, ídolos...
Jack es uno de mis ídolos. Sus pops, sus blues, sus amantes... Siempre quise vivir como lo hizo Jack. Escribir como Jack. Nadie puede escribir como Jack. Cualquiera puede escribir como Jack.
Dharma Pops
Jack Kerouac
Traducción de Alan Meller
Descontexto Editores, 2022
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