miércoles, junio 21, 2023

«Ídolos», de Marguerite Yourcenar

Traducción de Silvia Baron




Amor, al principio
De carne y de oro como un César 
Salvaje te cebé;
Íncubo, tu pecho pesaba
Y tu beso agotador
Cansó mi boca.

Luego te vi ensangrentado; 
Caminabas, titubeando,
Bajo la escuadra terrible; 
Víctima atravesada en el flanco, 
A tus pies derramé
Todo el nardo de la tierra.

Te veo pálido y bello: 
Tu carne es una antorcha 
Hecha de cera y fuego; 
Yo abrazo, delicia pura, 
Tu cara desconocida, 
Idéntica a mi alma.

Y te veré pensativo
En el último arrecife,
Dulce provocador de naufragios, 
Sombrío dios sin devotos;
Tus amapolas nocturnas
Me curarán de las rosas.



en Les Charités d'Alcippe, 1956









Idoles

Amour, je t’ai d’abord / Gavé de chair et d’or / Comme un César farouche; / Incube au sein pesant, / Ton baiser épuisant / A fatigué ma bouche. // Je t’ai revu, sanglant, / Tu marchais, chancelant / Sous la terrible équerre; / Messie au flanc percé, / À tes pieds j’ai versé / Tout le nard de la terre. // Tu souris, pâle et beau: / Ta chair m’est un flambeau / Fait de cire et de flamme; / J’étreins, délice nu, / Ton visage inconnu / Identique à mon âme. // Je te verrai, pensif, / Sur le dernier récif, / Doux naufrageur des choses; / Sombre dieu sans dévots, / Quelque nuit tes pavots / Me guériront des roses.








No hay comentarios.: