sábado, enero 28, 2023

“Despedida a un monje budista japonés que regresa a su patria”, de Ch’ien Ch’i





Fuiste predestinado 

   a descubrir la Fuente.

Ahora, hollando tu propia senda

   como en un sueño,

Allá donde el mar

   mantiene suspendido el cielo,

Desapareces del mundo

   en tu frágil barca.

 

El agua y la luna están

   tan serenas como tu Fe;

Peces y dragones siguen

   tu cantar;

Mientras, el ojo atisba

   más allá del horizonte

La Santa Luz

   de tu solitaria lámpara.

 

 

 

en Poetas chinos de la Dinastía T’ang, 1977

Edición de Raúl A. Ruy


























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