Estábamos viendo las botellas en la vitrina del restaurante,
podíamos oír los autos que pasaban,
mirábamos a las mujeres en el boulevard,
hacía frío,
nadie sabía las cosas que nosotros sabíamos.
Observábamos la gente, había un crimen en los diarios,
soplaba fuerte el viento, estaba oscuro,
no sabíamos qué hacer,
no había a dónde ir y no teníamos nada que decir,
oíamos las campanas, y las voces, y los silbidos, y los autos,
seguimos caminando,
no estábamos aburridos, ni sabios, ni asustados,
no nos sentíamos cansados, ni nerviosos, ni felices, ni tristes.
Había un millón de estrellas, un millón de millas,
un millón de personas, un millón de palabras,
un millón de lugares y un millón de años,
sabíamos un montón de cosas que difícilmente
podríamos entender.
Había cruceros en el mar, e hileras de casas aquí,
y las nubes que flotaban sobre nosotros
allá arriba en el cielo,
esperamos en la esquina,
había luces en las tiendas, mujeres en las calles,
el padre de Jerry había muerto,
no sabíamos lo que queríamos y no había nada que decir,
Andy tenía un auto y Joe tenía novia.
en Antología de la Poesía Norteamericana, 2018
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