A mi amigo Thomas Harris
Después del aullido nos quedamos en silencio
Recordando lo jóvenes que fuimos todos
En esa ciudad que sentíamos como nuestra Dublín
Cuántas veces cruzamos el puente viejo
Ebrios por el viento y la niebla del invierno
Caminando de memoria de vuelta para nuestras casas
O aquellas tardes de sol oscuro en el Cecil
Donde escuchábamos a Miles Davis
(Sin saber yo que después lo vería en Madrid)
Mientras afuera la calle se parecía
A nuestros turbios sueños del Bronx
Pero al final nuestros pasos no fueron imaginarios
Por aquellos túneles morados sin ver la luz
En nuestra pisoteada y loca juventud
Hasta ahora en que la alumbramos
Con el fulgor de nuestras maduras vides.
en Mal pasajero, 2017
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