lunes, septiembre 19, 2022

«Estado de materia», de Carlos Cociña

Dos poemas





Oído de pájaro al gusano en tierra. Así, despertar mañana, hoy. La riqueza del aparente silencio de la montaña se desprende por el calor de la vertiente, donde emerge lo que la tierra encierra ni el mar encubre. Parece una enfermedad que llegó al músculo cardiaco, una especie de crin vegetal que se expande, comprime y cae en forma de virutas al torrente. Ahí el agua abraza, y todo pasado existe como espejos orgánicos, destellos, fuego que cambia la química de los elementos.







Sólo los humanos permiten que una a una y cientos de personas se ahoguen en el mar, sólo humanos arrojan personas, vivas o muertas, con un peso para que se pierdan en el mar, sólo humanos envían a decenas de personas a morir en las nieves de la montaña. Lo humano está clausurado por el significado de lo humano. No importa cuántas veces una operación se aplique al cuerpo. Se es víctima de una ilusión desgarradora. Todo otro animal no hace esas operaciones en otros animales, ni busca en el lenguaje una opción que lo olvide. Lo que el humano llama inhumano sigue estando perfectamente acomodado dentro de él. Una a una y cientos de personas se ahogan en el mar, son arrojadas, vivas o muertas, con un peso para que se pierdan en el mar, enviadas a morir en las nieves de la montaña.




en Poesía Cero, 2a. edición, 
Descontexto Editores, 2021


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