domingo, septiembre 18, 2022

“El mar de la desolación”, de Clemente Riedemann





Soy capaz de asesinar por abrir a mis codos

un espacio en el mesón de las tabernas,

donde bebo sólo por el placer de ver en cada nube

velas nuevas para mi barco.

 

La desolación es para mí la distancia que existe

entre lo que vivo y lo que sueño;

las semanas de espera entre uno y otro decomiso.

 

Estoy solo, es verdad. Pero la situación es menos triste

que vivir entre cacatúas y papagayos,

o dedicarme a contar las cabezas que ruedan

de uno a otro lado sobre la cubierta.

 

O quedarme pensando si vale la pena

tener hijos que no se pueden criar;

o si, dándoles de comer, no puedes explicarles

que la carta mayor es una estafa;

el catecismo un camino se sumisión;

y la honradez un cazabobos

que permite a los poderosos vivir a nuestra costa.




en Una casa junto al río (Antología), 2016

Originalmente en Coronación de Enrique Brouwer, 2007















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