domingo, junio 12, 2022

“La voz que viene”, de Ángel Cruchaga Santa María





Y tus ojos azules en las páginas

sentirán la agonía de mi espíritu

en un largo morir maravilloso.

Tus ojos me verán como un mendigo

que ha juntado los párpados y tiembla

sujetando la luz de las visiones

que en la carne se duermen como niños

que sienten miedo de los ojos malos.

En tu mano mi vida fue el maduro

fruto que se desprende en el silencio.

Se consumió mi sangre bellamente

en el lento cedazo de mi sombra.

Tú verás el dolor de los minutos

que en mis versos se agitan naufragando

en un cáliz de estrellas: mi cerebro.

Tú verás el impulso de mi vida

exangüe que te busca en el sigilo

donde pasó tu pie como un aroma.

Para ti fue mi corazón un mudo

que puso las preguntas en los ojos

y en las manos cansadas de esperarte.

Fui débil como el perro que se encorva

y que tiene los ojos ahondados

de pensar en las cosas.




en Antología, 1946

























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