Versión de Juan Carlos Villavicencio
Asustado por las urracas que dejan la rama a la luz de la luna,
oigo cigarras en la brisa de la medianoche.
El dulce olor de los arrozales promete una excelente cosecha.
Oigo el croar de las ranas cuando cae más la noche.
Más allá de las nubes brillan resplandecen siete u ocho estrellas;
ante los cerros caen dos o tres gotas de lluvia.
Hay una posada junto al templo de la aldea. ¡Mira!
El sinuoso sendero conduce a esa cabaña junto al arroyo.
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