Me apoyo sobre la verja del lado oeste de los muros
en el otoño de nuestra ciudad de Jinling.
El sol cuelga derramando sus rayos
hasta donde alcanza el horizonte,
hasta donde se puede ver fluir el río sin final.
El valle central está hecho un desastre;
los funcionarios se dispersan angustiados.
¿Cuándo vamos a recuperar nuestras fronteras?
¡Pídele al viento triste que sople mis lágrimas sobre Yangzhou!
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