Difícil mirar a los ojos
a quien lleva en el rostro escrita la condena
y ver de cerca las muecas de la muerte
Difícil tocar tu cara reventada a culatazos
la carne calcinada
pellejo hinchado o carcomido
Muerte por enfermedad
muerte por disparos
o muerte por el fuego que arde en la cocina
y en los huesos
Muerte que se pega al cuerpo y no lo suelta
Difícil oír tu risa enloquecida
atabales que golpean
hasta hacerse bramido insoportable
Difícil besar tu hediente cercanía
si llevas sobre el rostro
la condena
Difícil decir tu nombre en alta voz y repetirlo
Difícil dar un paso en esta tierra hueca
en Contemplación de los cuerpos, 2005
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