sábado, noviembre 21, 2020

«Quemo un incienso dulce…», de Zhou Bangyan

Versión de Juan Carlos Villavicencio

 

Quemo un incienso dulce 
para templar este húmedo calor. 
Los pájaros trinan al amanecer bajo los aleros, 
anunciando un bello día. El sol naciente 
ha secado las gotas que dejó la lluvia anoche sobre las hojas de aquel loto, 
que, claras y redondas, salpican la superficie del agua. Una a una 
las flores de loto se levantan con facilidad 
y se mueven al ritmo de la brisa de la mañana. 

 Mi patria está muy lejos; 
¿cuándo podré regresar para quedarme? 
Mis parientes viven en el Sur junto a los muros de la ciudad. 
¿Por qué debería seguir tanto tiempo en la capital? 
¿Acaso me recordarán en mayo mis amigos pescadores? 
En un bote ligero de remos cortos, parece 
que en medio de las flores de loto he vuelto en sueños.















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