para templar este húmedo calor.
Los pájaros trinan al amanecer bajo los aleros,
anunciando un bello día. El sol naciente
ha secado las gotas que dejó la lluvia anoche sobre las hojas de aquel loto,
que, claras y redondas, salpican la superficie del agua. Una a una
las flores de loto se levantan con facilidad
y se mueven al ritmo de la brisa de la mañana.
Mi patria está muy lejos;
¿cuándo podré regresar para quedarme?
Mis parientes viven en el Sur junto a los muros de la ciudad.
¿Por qué debería seguir tanto tiempo en la capital?
¿Acaso me recordarán en mayo mis amigos pescadores?
En un bote ligero de remos cortos, parece
que en medio de las flores de loto he vuelto en sueños.
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