Son mis cementerios solos
oraciones llenas de vocablos sin sentido
el aliento urdiendo el túnel
negro, negro, negro
como un zarpazo a la oscuridad, nos desalojamos,
como asfixiarnos en la lengua,
como irnos al cuerno por tanta piel desollada.
las hay en racimos,
las hay en podridas cosechas,
como un cadáver sin gusano,
como un sonido funerario,
saliendo de ciertas pieles, de ciertos ecos,
ensartándonos en la orfandad
como cuando la muerte desploma su lluvia.
gozosos menesteres fúnebres
zarpando al polvo, soltando la trenza,
amasando el pan angélico de muchachas en flor,
certificando en notarías verbales que nada somos,
que los ataúdes se cansaron de subirnos,
que nuestros ríos se secaron
que caemos muy abajo,
con las velas desinfladas
por el estampido de la muerte,
por el estampido sentencioso de la muerte.
miércoles, octubre 07, 2020
“Nota a Pablo Neruda. Solo la muerte. Reincidencia en la tierra”, de Armando Roa Vial
en Ejercicios de
filiación. Poesía (1998-2008), 2010
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