viernes, agosto 07, 2020

«La destrucción de los espacios», de Raúl Hernández

Dos poemas






Destreza

Cada día que pasa
hay que tener destreza.

Destreza para levantarse
y ser un luchador que desafía el día.

Como ahora que es domingo
y lavo el frasco vacío
de la mermelada
para aprovecharlo
y poner otras cosas adentro
más adelante
y se hace difícil
sacar el papel de la marca
y ocupo mis uñas
para dejar el frasco transparente
secándose en el lavaplatos.

Entonces
el frasco se resbala por la orilla
y está a punto de caerse
pero lo agarro justo a tiempo
tensionando todos mis huesos
y mi horizonte.

Hay que tener destreza cada día
en esta ciudad.

Una destreza feroz
como la del gato
con una herida en la frente.







Una casa partida en dos

Gordon-Matta Clark
con sus manos
empuja corta divide
una casa abandonada
que también
podría ser
la casa abandonada del barrio
que veo todos los días
al pasar.

Una casa
que bien podría ser nuestro hogar
entre el claroscuro de la tarde.

Observo detenidamente esta imagen
en una copia difusa
impresa con poca tinta.

Y entonces voy
y divido lo indivisible.

Imito la destrucción de los espacios
y rompo en dos
la hoja mal impresa.





Publicado por la Calabaza del diablo, 2020



























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