Difficile est
saturam non scribere.
Juvenal
Te
debo una moneda por leerme
(estoy
en deuda). Así sucederá
de
ahora en adelante.
Que
me cuenten en la lengua inversora
la igualdad
de lo real, ante nuestra
mirada
común, inviable. Clientelismo
mutuo,
amor de lavalozas
y escobillas,
digamos que barrimos
la
lentitud del día, torciéndole
su
cuello, aspirándole el alma
polvorienta
a este teatro
que
se arruga, veloz,
como
la pólvora que dinamita
el
banco imaginario
que
—a pesar de esta insolvencia—
nos
presta nuestro encuentro.
en
Colores descomunales, 2011
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