jueves, junio 04, 2020

«Lamentaciones, gemidos y ayes», de Mirka Arriagada

Tres poemas





Formando mares

Mi muerte tendrá los primeros ojos
de caballo vistos
o no tendrá nada

Las madres son los ríos que van a dar al mar

Me acerco a mi madre años tierra adentro
formando mares





Cóncavo bajel

Tengo los ojos fijos en el derrumbe del cielo
El lenguaje se pudre
Me muevo despacio para no estropear el decorado

Cruzo tu voz de puente
¿Reconoces mi tatuaje en las cortezas?
Nuestras resinas se funden
y de ese árbol lastimado
fabricamos el cóncavo bajel
que navega el anochecido mar de tres días

Amo el cielo despedazado en tus manos





La vida es una herida

Me duelo entera
Me duelo intensamente
acorralando nostalgias en el patio trasero
acercando lámparas al intestino de la noche
que todo lo traga lo engulle todo
Ha sido el dolor amante fecundo
estoy pariendo hijos en desgracia
Cristo deja caer la cruz
y corre por un parque
Él evade
él también evade
Hay ríos destinados a desiertos
Hay desiertos destinados a maternidades
Yo me destino a mi dolor
Has de saber: El destino perdió su destino
Un niño traga leche en el cadalso
Qué perdida estaré ante la ley divina
Salvado sea el esperanzado
No creo
No creo
No me salvo y me duelo
Me imagino tendida en la tumba
La imaginación duele tanto como el cuerpo
La mente está cruzada de grietas profundas
¿Qué es lo que busco al fondo del armario?
Mortajas
Mortajas
Mortajas
La vida es una herida
que se cierra con tierra






1998















1 comentario:

Unknown dijo...

La vida es una herida, es un poemazo, un clásico.