En mi
angosto cuarto, abro la ventana
de
par en par y dejo que entre
la
profunda voluptuosidad de la primavera.
Sombras
confusas oscilan en
los velos
entornados.
Oculta
en el pabellón y quieta,
rasgueo
el arpa de jade rosáceo.
Lejos,
un farallón rocoso cae de la montaña
cuando
empieza el ocaso.
Una
suave brisa sopla la neblina
como
una sombra a través de mi velo.
Oh,
brillantes vainas del pimentero,
no
deben inclinarse y pedir perdón.
Sé
que no pueden retener el fugitivo día.
en Cien
poemas chinos (Antología), 2001
Antologador: Kenneth Rexroth
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