El
día del Juicio Final, Dios juzga a todos y a cada uno de los hombres.
Cuando
llama a Manuel Cruz, le dice:
-Hombre
de poca fe. No creíste en mí. Por eso no entrarás en el Paraíso.
-Oh
Señor –contesta Cruz-, es verdad que mi fe no ha sido mucha. Nunca he creído en
Vos, pero siempre te he imaginado.
Tras
escucharlo, Dios responde:
-Bien,
hijo mío, entrarás en el cielo; mas no tendrás nunca la certeza de hallarte en
él.
en Cuentos
breves y extraordinarios (Antología), 1955
Antologadores: Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy
Casares
Fotografía: Portada de la primera edición (1955)
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