No me sostiene mano alguna.
Alguien en la noche nos ve sin ninguna sombra.
Nunca estuve lejos de ti.
Solo dormimos en la puerta sin piedad.
Hoja a hoja nos abríamos, nos revolvíamos libres.
Al final crecíamos como al principio.
No cambiábamos de lugar 
            y la planta de
los pies se adhería a los espejos.
Solo en la piel de una noche
encontramos
lo amargo que se siente, cuando uno
se cae hacia adentro.
en
Comarcas, 2013
Fotografía: Álvaro de la Fuente/Proyecto Diálogo
Fotografía: Álvaro de la Fuente/Proyecto Diálogo
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
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