jueves, junio 13, 2019

“A merced del sueño”, de Braulio Arenas





El mar quemante:
todas sus playas son de hielo.

En él se apaga
el fuego con delirio
y el hombre con memoria.

El mar quemante
en un parecido mismo
de sí mismo.

Su amor está en la playa,
como el tigre en la selva
con sus ojos de grisú.

Todas las playas son ardientes,
su cabeza misma es de hielo
su amor es lúcido,
es fascinante,
una ola más y el amor se cambia
en memoria terrible,
aun en gaviota, en olvido.

Todas las playas son de hielo,
su corazón mismo es una ola,
su gaviota misma es de fuego:
esta gaviota es la memoria
para el océano del olvido.



en El mundo y su doble, 1940












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