No le pidan más dinero a la poesía,
no más viajes y subsidios, no más luces;
ya la pobre se ha quedado en bancarrota,
ni una papa encontrarán en su alacena.
Déjenla que se vaya por el mundo,
toda coja, toda enclenque, toda seca,
vieja, sola y afirmada en su bastón.
Se acabó la bonanza, proxenetas,
oh, malditos desleales, azulosos,
y barbudos palabreros del montón.
en
Fanon City Meu, 2014
Das
Kapital Ediciones
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