Después de tu muerte.
Todos los días corría el viento.
Todos los días.
Nos puso en contra como un muro.
Fuimos.
Gritando de lado el uno al otro.
A lo largo del camino.
Fue inútil.
Los espacios entre nosotros.
Se puso difícil.
Ellos son espacios vacíos.
Y sin embargo son sólidos.
Y negros y severos.
Como espacios entre los dientes.
De una anciana.
Lo sabías hace años.
Cuando ella estaba.
Hermosos los nervios que fluyen dentro de ella
como un palacio de fuego.
en Plainwater, 1995
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