martes, julio 25, 2017

“La bondad”, de Braulio Arenas






El mendigo ciego:
-¡Una limosnita, por amor de Dios!

Pero no es ciego, porque ahora ha abierto un ojo.

La señora –enfurecida porque el ciego ve- no le da limosna.
-Me has pretendido engañar, ¡miserable!

-Pero, señora, cálmese usted –responde el limosnero- ¿no es mucho mejor que haya pretendido engañarla que ser ciego verdaderamente?



en Escritos mundanos, 1985








1 comentario:

Unknown dijo...

Gracias pro ayudarme