Yo era un feto.
Mi madre me despertaba cuando le venía a la mente el señor de Riez.
Al mismo tiempo, a veces se despertaban otros fetos, hijos de madres golpeadas o que tomaban alcohol o estaban ocupadas en el confesionario.
Una noche, éramos entonces setenta fetos que conversábamos de vientre a vientre y a distancia, no sé muy bien de qué manera.
Después nunca nos volvimos a encontrar.
en ¿Quién fui?, 1927
Traducción de Silvio Mattoni
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