© Versión de Juan Carlos Villavicencio
Mi viejo amigo preparó una comida basada en pollo y cereales,
y me invitó a unirme a él en su casa de campo.
La aldea está rodeada de verdes árboles
y de colinas azules que ascienden más allá de los muros de la ciudad.
Las ventanas se abren a la huerta
donde celebramos con vino, hablamos de moras y de hachís.
Estamos a la espera del festival de otoño,
cuando volveremos a ver los crisantemos en flor.
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