Cuando
sonó la trompeta, estuvo
todo
preparado en la tierra,
y
Jehova repartió el mundo
a
Coca-Cola Inc., Anaconda,
Ford
Motors, y otras entidades:
la
Compañía Frutera Inc.
se
reservó lo más jugoso,
la
costa central de mi tierra,
la
dulce cintura de América.
Bautizó
de nuevo sus tierras
como
"Repúblicas Bananas,"
y
sobre los muertos dormidos,
sobre
los héroes inquietos
que
conquistaron la grandeza,
la
libertad y las banderas,
estableció
la ópera bufa:
enajenó
los albedríos
regaló
coronas de César,
desenvainó
la envidia, atrajo
la
dictadora de las moscas,
moscas
Trujillos, moscas Tachos,
moscas
Carías, moscas Martínez,
moscas
Ubico, moscas húmedas
de
sangre humilde y mermelada,
moscas
borrachas que zumban
sobre
las tumbas populares,
moscas
de circo, sabias moscas
entendidas
en tiranía.
Entre
las moscas sanguinarias
la
Frutera desembarca,
arrasando
el café y las frutas,
en
sus barcos que deslizaron
como
bandejas el tesoro
de
nuestras tierras sumergidas.
Mientras
tanto, por los abismos
azucarados
de los puertos,
caían
indios sepultados
en
el vapor de la mañana:
un
cuerpo rueda, una cosa
sin
nombre, un número caído,
un
racimo de fruta muerta
derramada
en el pudridero.
en Canto General, 1950
* La United Fruit Company (1899-1970) fue
una importante corporación estadounidense que comercializó frutas tropicales
(principalmente plátanos y piñas) cultivadas en plantaciones del Tercer Mundo y
vendidas en Estados Unidos y Europa. La compañía fue acusada de neocolonialismo
explotador y la describían como el ejemplo arquetípico de la influencia de una
corporación multinacional en la política interna de las llamadas
"repúblicas bananeras". La compañía tuvo un impacto profundo y duradero en el
desarrollo económico y político de varios países latinoamericanos.
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