En tus agitados ladridos de cachorro
albergas la certeza de que el juego
siempre volverá a comenzar,
sabes que al salir el sol junto a ti estaré,
tirándote la pelota
desde alguna esquina del patio
como si ambos fuéramos dos niños
o como si ambos fuéramos un solo animal.
2006-2014
No hay comentarios.:
Publicar un comentario