Versión de Juan Carlos Villavicencio
He navegado por el río de flores amarillas
alimentado por un riachuelo verde,
completando mil vueltas a través de las montañas
en un camino que entiendo no puede ser tan largo.
El violento sonido del agua sobre las rocas
por donde la luz oscurece el profundo color de los pinos.
Suavemente flotan las verdes plantas acuáticas
y exuberantes brillan los juncos como espejos.
Siempre he sido amante del silencio y la quietud
mientras miro el claro flujo del agua correr.
Sueño con sentarme en aquella roca sin tallar
para lanzar un anzuelo en esta corriente sin fin.
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