Cuando
fui a ver Face/Off al cine
y luego conseguí desarrollar esa tecnología
para intercambiar rostros con mi amigo Juan,
poniéndome por primera vez en su pellejo,
pude comprobar lo mucho que él sufría,
cómo le agobiaban las altas temperaturas,
cómo el sol quemaba sus mejillas por dentro,
cómo la luz le arrancaba los ojos.
y luego conseguí desarrollar esa tecnología
para intercambiar rostros con mi amigo Juan,
poniéndome por primera vez en su pellejo,
pude comprobar lo mucho que él sufría,
cómo le agobiaban las altas temperaturas,
cómo el sol quemaba sus mejillas por dentro,
cómo la luz le arrancaba los ojos.
Cuando
sobreponiéndome al sueño y la pena,
pude ver en una misma noche,
la versión original de La Mosca
y el refrito de Cronenberg,
mi mente se agilizó hasta un punto extraordinario,
y fue como si de pronto se me hicieran ostensibles
la paradoja de Zenón,
el teorema de Gödel,
la diferencia derridiana.
pude ver en una misma noche,
la versión original de La Mosca
y el refrito de Cronenberg,
mi mente se agilizó hasta un punto extraordinario,
y fue como si de pronto se me hicieran ostensibles
la paradoja de Zenón,
el teorema de Gödel,
la diferencia derridiana.
Cuando
me colé a la avant-première
de X-Men 2, y movido por su trama,
logré imitar las técnicas metamorfas
del personaje Mystique,
pude cumplir el viejo sueño
de pasear por las calles
con el aspecto de mi amiga Susana,
de manera que experimenté en carne propia
la alegría de ser contemplado
con gusto y beneplácito,
con admiración e impaciencia,
con envidia y solemnidad.
de X-Men 2, y movido por su trama,
logré imitar las técnicas metamorfas
del personaje Mystique,
pude cumplir el viejo sueño
de pasear por las calles
con el aspecto de mi amiga Susana,
de manera que experimenté en carne propia
la alegría de ser contemplado
con gusto y beneplácito,
con admiración e impaciencia,
con envidia y solemnidad.
en Miss poesías, 2014
No hay comentarios.:
Publicar un comentario