miércoles, febrero 04, 2015

“Habitar nubla”, de David Villagrán








Tres poemas


Lo importante es la rosa

Vivir solo es mostrarse brutal con uno mismo.

Demasiadas visitas al cielo del gato.
Demasiado taoísmo de cínico emperador.

Recordar es de la inteligencia,
por eso comienzo.

Contar es el mínimo gesto de amor.





Moneda

Me dijo, pensaba en carreteras
lejanas y aletargadas de venidas,
circunnavegación de una moneda.

No sé qué siglo corría,
pero a las vías sumaba las velas
y la fatiga de los hombres
se nos devolvía.

Era el valor, eran los riesgos
filosofía especulativa
donde nuestros rostros fueron acuñados,
con un nombre que a las cosas consumía.

No sé qué siglo corría, me dijo.
Pensaba en carreteras.
Pero nos reunía un fuego en torno
al vidrio oscuro por donde pasaba la vida.

Las acciones
no tocaron al ángel azul tras la vitrina,
pero escrutaba
que no aquilataba las lilas.

El jardín era de todos y ninguno.





Hipódromo

a mi Padre


Aurora es la cabeza del caballo
listo para el sacrificio.
El sol es su ojo, su hálito el viento.
El fuego la boca y el año su cuerpo.

El cielo es su espalda, el vientre el firmamento.
Su pecho la tierra, la arena su digestión.
Son ríos sus intestinos. Hígado y pulmones las montañas.
Su pelambre, árboles y hierba.

Mataduras
las cuatro direcciones del tiempo.
Carne y músculos las nubes. Sus huesos estrellas.
Otoño, verano, invierno y primavera
se llaman sus extremidades.

El sol se levanta y es su frente,
el sol se pone y son sus ancas.

Cuando da coces cimbra entero el cielo.
Cuando orina llueve en el silencio.
Cuando escucha una palabra
el animal entra en la voz.




Inédito, 2015







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