martes, enero 06, 2015

"Lucinda Matlock", de Edgar Lee Masters






Yo iba a los bailes en Chandlerville,
Y jugaba a las cartas en Winchester.
Una vez cambiamos de parejas,
Cuando regresábamos a casa, a la luz de la luna de junio,
Y así fue que me encontré con Davis.
Nos casamos y juntos vivimos por setenta años,
Riendo, trabajando, criando doce hijos,
De los que perdimos ocho
antes de que yo cumpliera los sesenta.
Yo hilaba, tejía, llevaba la casa, cuidaba a los enfermos,
Cultivaba el jardín, y mi descanso era
salir a pasear por los campos donde trinaban las alondras,
Y recoger caracolas junto al Spoon River,
Y montones de flores y hierbas medicinales:
Le gritaba a las boscosas colinas, le cantaba a los valles.
A los noventa seis, había vivido ya sobrados años, y eso es todo,
Me fui a saborear el dulce sueño del reposo.
¿Cómo es que ahora escucho hablar de penas y fatigas,
De ira, descontento y ajadas esperanzas?
Hijas e hijos envilecidos,
La vida es demasiado dura para ustedes:
Hay que estar vivo para amar la vida.





en Antología de Spoon River, 1915













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