lunes, enero 05, 2015

“Los ojos, diminutos mundos, miradas”, de Christian Formoso









empequeñecidas, arrimadas a la proa de la Esperanza
tristes, de ola en ola, de corriente en corriente
y de viento único y única muerte
en una lámpara oscura, una sal que todo devoraba
un vacío que dejaba su oquedad en las almas
una pluma agrietando el corazón, entrando
como un cuchillo, breve y silencioso
hacia dentro, hacia lo oscuro
donde caía todo, todo, envuelto en llamas
haciendo ríos, olas de sangre
llevando el curso de lo ciego, lo inmolado
establecido, hasta la copa de la muerte
donde afluentes éramos, unos y otros
bebidos sorbo a sorbo.



en El cementerio más hermoso de Chile, 2008









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