"Canto XII: El infinito", de Giacomo Leopardi

© Versión libre de Juan Carlos Villavicencio

Siempre queridos me fueron este aislado monte
y esta cerca, que tanto oculta
del último horizonte a la mirada.
Pero sentado y mirando interminables
espacios más allá, y silencios
sobrehumanos y su profundísima quietud,
me encuentro con mis pensamientos, cuando por poco
el corazón se espanta. Y como escucho
al viento susurrar entre la hierba, a este
infinito silencio voy comparando
esta voz: y me subyuga lo eterno
y las estaciones muertas, y el presente
vivo, y sus sonidos. Así a través de esta
inmensidad se ahoga mi pensamiento;
y dulce naufrago en este mar.

1819

en Canti, 1831