Tres poemas
Precariedad
Debimos
besarnos entonces
cuando era posible y necesario
cuando todos lo esperaban
y éramos bellos
cuando era posible y necesario
cuando todos lo esperaban
y éramos bellos
y repletos.
Ahora
apenas las manos
subrepticiamente se tocan el dorso.
subrepticiamente se tocan el dorso.
La
pobreza total que nos acosa.
Paisaje
En
horas de la noche
el vientre y la tetera
son el único paisaje disponible.
Cruzo las manos y cabeceo sobre el rescoldo.
Apreciado instante en que los otros
el vientre y la tetera
son el único paisaje disponible.
Cruzo las manos y cabeceo sobre el rescoldo.
Apreciado instante en que los otros
aflojan el cerco en torno a mí.
Los amores que me rondan
pierden substancia.
Con hebras de colores
voy bordando el lienzo de la espera.
Aparecen imágenes, caballos pintos
esquinas lluviosas, niños voladores
y tu hermosa cabeza siempre inconclusa.
Los amores que me rondan
pierden substancia.
Con hebras de colores
voy bordando el lienzo de la espera.
Aparecen imágenes, caballos pintos
esquinas lluviosas, niños voladores
y tu hermosa cabeza siempre inconclusa.
Deseo
El
deseo es un barco poderoso
arriando anclas y cadenas
en medio de la noche.
arriando anclas y cadenas
en medio de la noche.
Estallando
con el estrépito de las posibilidades.
Bajo el silencio crispado
el ansia apenas perceptible.
Bajo el silencio crispado
el ansia apenas perceptible.
Es
también, el despliegue de luces
en las islas de canales tan angostos
donde un barco, más que navegar
acaricia.
en las islas de canales tan angostos
donde un barco, más que navegar
acaricia.
en Baile de señoritas, 1994
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