Robé a los Bosques –
los confiados Bosques.
Los desprevenidos Árboles
relucieron sus Vainas y musgos
para complacer mi fantasía.
Curiosa eché un vistazo a sus bagatelas –
las cogí –me las llevé–
¿Qué dirá el solemne Abeto? –
¿Qué dirá el Roble?
1858
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