miércoles, diciembre 25, 2013

“El puzzle policial”, de Jaime Pinos









Una colilla con la saliva del atacante
encontrada en una de las escenas del crimen.
Evidencias orgánicas
halladas en una hoja de papel,
usada por el violador para secar sus genitales,
así como en su propia camisa
abandonada antes de escapar.
El rastreo electrónico de una llamada
efectuada desde uno de los teléfonos celulares
                        robados a las víctimas.
La similitud entre las ataduras que presentaba
                        la menor descuartizada
y las de que se valió el autor de los ataques.

Las piezas de un puzle
cuya solución permitió a la policía
la plena identificación del culpable.

Sin embargo, fuentes judiciales informaron a la prensa
que su captura no habría sido el resultado de las pesquisas.

Otra habría sido la pieza clave.
El as bajo la manga
del largo brazo de la justicia.

La recompensa ofrecida por su delación
en todos los presidios del país.
Dos millones de pesos en efectivo
o el indulto presidencial
como precio por su cabeza.



en Criminal, 2003

















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