Desde
la confusión
de
su burda lujuria,
su
vida estática en Illinois,
donde
todas las tierras semejan
un
taller de retamas floridas,
hace
ya unos diez años
que
ella fue costumbre
y
esta noche también repetirá
vamos
pronto, mujer,
y
ella no dirá nada
de
que en la vida tiene que existir algo más
que
este puente luminoso y breve
el
lecho áspero,
su
lento toque ciego
como
un dios muy pesado que se ha hecho ligero,
la
vieja pantomima del amor
que
ella empero desea
y
que siempre la deja abandonada,
de
nuevo estructurada,
separada
su mente de la de él,
viviendo
su ser propio
en
sus propias palabras,
detestando
el sudor que en el aire persiste
cuando
yacen por fin.
en 19 poetas de hoy en los Estados Unidos,
(Compilador: Miller
Williams), 1966
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