En los muros tu nombre,
toda rosa
es deshojada y cae.
Quién pronuncia tu nombre Esmeralda
llamado de piedra.
Verde es el musgo y tu canción.
¿Quién te nombra sino tu hija
emparentada con la muerte?
En los muros tu nombre,
en la calle tu sangre salpicada,
las manchas que los minutos no borran.
La foto en la sala
donde caben flores
el día de las madres.
Quién sino yo
tu hija
voy a dejarte
las piedras que recogí
para que las acurruques.
En Antología de poesía indígena latinoamericana
(Compilador:
Jaime Huenún), 2008
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