Voy,
ángel de mi tiempo, a más de ciento treinta,
camino a un monasterio o a un lugar en la tierra.
para ir hacia la muerte, derecho y detonante,
mi caballo es oscuro como buque de guerra.
camino a un monasterio o a un lugar en la tierra.
para ir hacia la muerte, derecho y detonante,
mi caballo es oscuro como buque de guerra.
Su
gris es más hermoso cuando viene tormenta.
De vuelta de nadar, más oscuro que el cielo
lo he visto entre los pastos, con resplandor de espada,
lavado por la luz o por mil marineros.
De vuelta de nadar, más oscuro que el cielo
lo he visto entre los pastos, con resplandor de espada,
lavado por la luz o por mil marineros.
Si
muriera esta tarde en la mitad del campo,
si hubiera que venderlo, me dolería el alma.
Yo, en cambio, si muriera, recibiría todo
lo mejor de esta tierra, oraciones y lágrimas.
si hubiera que venderlo, me dolería el alma.
Yo, en cambio, si muriera, recibiría todo
lo mejor de esta tierra, oraciones y lágrimas.
Como
hombre de mi tiempo yo le canto a esta máquina.
De vuelta de nadar, ya encima la tormenta,
la he visto en lo más alto de mis días felices.
Tiene ese gris oscuro de los buques de guerra.
De vuelta de nadar, ya encima la tormenta,
la he visto en lo más alto de mis días felices.
Tiene ese gris oscuro de los buques de guerra.
en Poemas con caballos, 1956
No hay comentarios.:
Publicar un comentario